El secreto para recibir es Dar; esa es la ley universal del universo, porque al dar y al recibir se crea el movimiento que genera movimiento que genera movimiento que genera movimiento…
En este mundo de materia en el que vivimos, el dar tiene además una recompensa extra; ejemplo: para nacer necesitamos que un hombre y una mujer intercambien hormonas, células, líquidos y fluidos, etc, ellos están dando y recibiendo, sí, y además están creando la vida que a su vez va a dar y recibir y crear vida, y que a su vez va a dar y a recibir y…
En términos personales, la recompensa del dar para recibir no implica que gracias a eso nazcan las flores del campo o las bacterias del hocico de mi perro, sino que en honor a eso, lo que se reciba va a ser lo que se necesitaba recibir y no lo que se quería recibir a huevo, y de ese modo se le abre el paso a recompensas que son cada vez más grandes, más inesperadas y más coherentes.
¿Y porqué viene primero el dar? Porque así no nos endeudamos con nosotros mismos, con nuestro entorno, con nuestro futuro, ni con nuestros vecinos de biósfera. Porque si primero damos, el universo nos deja poner nuestras reglas, y nos deposita en el Karma el primer cheque: la alegría de la incertidumbre, es decir (en términos humanos): la alegría de la confianza en uno mismo.
Eso sí, al principio hay que ser pacientes y estar truchas para saber ver las recompensas, porque a Cristobal Colon le pasó que como no las conocía, no pudo ver las palmeras del nuevo mundo hasta que le cayó un coco encima.
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